
Los romanos con sus grandes armaduras,
tiraron por la escalera de un viego puente amarillento,
luego pasaron por una ridícula ventana, en la que había una mujer a la
hicieron una foto por su bella y sedosa cabellera. Ella lloraba
por ser rescatada pero era una tramposa ...
Luego decidieron parar a merendar una espesa compota de manzana. A
uno de ello le gustaba mucho tocar el piano y cantar y dijo :
¡ Qué sibílantes son los artistas errantes y que bien guardan las memorias
musicales en sus libretas ! y poco a poco llegaron a Roma.
tiraron por la escalera de un viego puente amarillento,
luego pasaron por una ridícula ventana, en la que había una mujer a la
hicieron una foto por su bella y sedosa cabellera. Ella lloraba
por ser rescatada pero era una tramposa ...
Luego decidieron parar a merendar una espesa compota de manzana. A
uno de ello le gustaba mucho tocar el piano y cantar y dijo :
¡ Qué sibílantes son los artistas errantes y que bien guardan las memorias
musicales en sus libretas ! y poco a poco llegaron a Roma.
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